Os contamos cuáles son los principales cuidados que necesita un bebé recién nacido durante los meses más calurosos del año.
Hidratación: el principal problema de salud en verano es la deshidratación. Puede parecer un problema bastante simple pero puede desencadenar problemas más graves para el bebé: somnolencia, sensación de cansancio y hasta estreñimiento. Hay síntomas que pueden indicarnos que nuestro hijo está deshidratado. Por ejemplo, llora y no le salen lágrimas o quizás no moja el pañal con la misma frecuencia. Por eso asegúrate de darle suficientes líquidos tanto de día como de noche. Los recién nacidos no necesitan beber agua, pero sí es recomendable ofrecerle las tomas (tanto de pecho como de biberón) con mayor frecuencia, aunque sean más cortas.
Utiliza ropa fresca y transpirable: El cuerpo del bebé no está aún preparado para regular bien su temperatura corporal, por lo tanto es importante tener una atención especial. Tejidos como el algodón orgánico son especialmente recomendables en esta época del año ya que evitan que el bebé sude.
Al ser materiales hipoalergénicos y transpirables, reducirán la sensación de calor (y los granitos por sudoración). Si tu bebé aún no camina, no es necesario que se ponga zapatos. Utiliza también colores claros y algún gorrino. Y lleva mucho cuidado con los aires acondicionados, los cambios bruscos de temperatura no le sientan nada bien a los bebés. Lleva siempre una manta finita para poder taparlo si entráis en sitios con aire.
- Evita las horas de más calor para pasear: a los peques les encantan los paseos pero debemos evitar aquellas horas en las que el sol quema mucho. A primera hora de la mañana o a última hora de la tarde un paseo es ideal.
- Evita las cremas solares: al menos hasta los 6 meses de edad y mantenerlo siempre a la sombra. Por lo general, las cremas de sol llevan muchos parabenos y filtros químicos que pueden provocar alergias o irritaciones en la piel del bebé.
- Utilizar cremas hidratantes: En verano el sudor hace que la piel del bebé esté más húmeda y quizás pensemos (de manera errónea) que no es necesario hidratarla tanto como en invierno. Pero para nada! Hay una gran diferencia entre la humedad que se muestra en la superficie de la piel y la hidratación interna de esta. Lo ideal es utilizar cremas no grasas, libres de colorantes y parabenos. Podéis utilizar por ejemplo un aceite de almendras dulce, suelen ser refrescantes y se absorben fácilmente.
- Cuidado con las picaduras de insectos: lleva el verano y llegan los temidos mosquitos. No apliques lociones antimosquitos a tu hijo, aún tiene la piel muy sensible. Quizás es mejor utilizar mosquiteras o pulseras antimosquitos.
¿Qué os parecen estas recomendaciones? ¿Añadiríais alguna más?